El esfuerzo discute con el destino

Un día el Esfuerzo dijo al destino:
- Mis logros son mayores que los tuyos.

El Destino no estuvo de acuerdo y desafió al Esfuerzo:
- ¿Qué es lo que has hecho para afirmar que tus logros superan los míos?

El Esfuerzo respondió:
- El que alguien viva una larga vida o muera joven, sea rico o pobre, triunfe o fracase, depende de mí.

El Destino respondió inmediatamente:
- Si eres tan eficaz como dices, ¿por que no haces ricas a las personas muy trabajadores? ¿Por qué no le das una vida larga y próspera a las personas virtuosas? ¿Por qué no están empleadas las personas capaces e inteligentes y por qué los estúpidos ocupan puestos importantes en el gobierno?

El Esfuerzo no pudo añadir nada ante estos desafíos, así que tímidamente respondió el Destino:
- Tienes razón. Después de todo no produzco muchos efectos. Pero me atrevo a afirmar que muchas cosas suceden como suceden porque tú has ido haciendo daño. ¡torciendo el sino de la gente y disfrutando con ello!

El Destino responde entonces:
- Yo no puedo forzar la dirección de las cosas. Simplemente les abro las puertas para que pasen. Si algo va bien, dejo que siga su camino; si algo se desvía, no lo impido. Nadie, ni tú ni yo, puede dirigir el curso de las cosas. La vida larga o breve, rica o pobre, el éxito o el fracaso, la buena o la mala suerte, todo se produce por sí mismo. ¿Cómo puedo dirigir los acontecimientos o saber siquiera cómo acabarán las cosas?

Lie Tsé

La Tisteza y la Furia

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta...

En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas.
Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.

Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.

La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así
que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...

Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...

Y así vestida de tristeza, la furia se fue.


Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.

En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.

26 Cuentos para pensar, Jorge Bucay

El amigo noble

La tradición budista consibe la amistad según la bella idea del kaliyana mitra, el "amigo noble". Tú kaliyana mitra, lejos de admitir tus pretensiones, te obligará, con dulzura y mucha firmeza, a afrontar tu ceguera. Nadie puede ser tu vida íntegramente. Así como la retina del ojo tiene un punto ciego, el alma tiene un lado ciego que no puedes ver. Tú kaliyama mitra es el complemento benigno e indispensable de tu visión. Semejante amistad es creativa y crítica; está dispuesta a recorrer territorios escabrosos y accidentados de contradicción y sufrimiento.

Uno de los anhelos más profundos del alma humana es el de ser visto. En el antiguo mito, Narciso ve su cara reflejada en el agua y queda obsesionado por ella.

Desgraciadamente, no hay espejo en el que puedas ver el reflejo de tu alma. Ni siquiera puedes verte de cuerpo entero. Si miras detrás de ti, pierdas de vista el frente.

Tu yo jamás te verá íntegramente. Aquel que amas, tú anam cara, tu alma gemela, es el espejo más fiel de tu alma. La integridad y la claridad de la amistad verdadera dibuja el contorno real de tu espíritu. Es hermoso contar con semejante presencia en tu vida.

John O`Donohue

Cinco virtudes clásicas

Coraje: la fuerza del alma que permite actuar por amor al bien y practicar las virtudes, resistiéndose a las pasiones.

Justicia: el arte de actuar para la felicidad de todos, de acuerdo con las leyes de la razón.

Templanza: el arte de satisfacer los deseos con mesura, para sentir el máximo de felicidad y de libertad.

Prudencia: el arte de elegir los medios que conducen a la mayor dicha posible.

Generosidad: el arte de hacer el bien.

Bruno Giuliani

El valor del esfuerzo


El esfuerzo

Los insectos y los animales casi siempre están en actividad; se preparan para el invierno o para la primavera, se bañan, limpian sus nidos, alimentan a los críos y hacen lo propio de sus especies. Siempre están completamente involucrados en lo que hacen. También podemos pensar que están plenamente satisfechos.

Podemos aprender de los animales. Para ser felices necesitamos mantenernos ocupados. Desatender las cosas cuesta caro.

La negligencia echa todo a perder: los marineros saben todo esto con respecto de los barcos, los atletas lo saben con respecto de sus cuerpos, los estudiantes lo saben con respecto de sus mentes. Cualquiera que cuida un jardín, pronto descubre que la hierba brota naturalmente. No hay que sembrarla para que crezca por todas partes. La única manera de que las cosas mejoren es invirtiendo esfuerzo.

El esfuerzo debe hacerse porque SE DESEA; porque es nuestro privilegio y alegría aprender, probarnos nosotros mismos, ensayar y adquirir experiencias. El error que mucha gente comete es trabajar sólo por los resultados finales y no por el gusto de hacerlo. Entonces, si no obtienen resultados deseados, se desilusionan.

Puede suceder que un vendedor realice todas las llamadas telefónicas necesarias y no venda nada, y por ello llegue a la conclusión de que fue un mal día. ¡Nada de eso! El vendedor debe hacer las llamadas porque lo desea. Debe deleitarse en su propia capacidad de ensayar, de reafinar su habilidad y alegrarse por su capacidad de perseverar.

Emerson dijo: El premio a lo bien hecho es haberlo hecho. Afanarnos en exceso por los resultados nos aparta del presente.

Puede ocurrir que nos aparta del presente. Puede ocurrir que nos concentremos siempre en el futuro, y no en lo que estamos haciendo. Este enfoque no nos permite gozar el momento presente. Al desligarnos un poco de los resultados podemos disfrutar lo que hacemos por el hecho mismo de hacerlo.

Trabajar porque nos gusta trabajar, eso es lo correcto. Los resultados siempre llegarán. Necesariamente tendrán que producirse. Es una ley. Sin embargo, si los resultados tardan en llegar o no llegan cuando tú lo esperas, no debes permitir que ello arruine toda tu semana (o año). Los resultados siempre llegan.

Andrew Matthews

Aprender a tolerar

Independientemente de las definiciones, creo que el texto de este video es muy ejemplificador de la tolerancia.





Reflexiones sobre la tolerancia


El hombre debe ser siempre flexible como la caña, pero no rígido como el cedro.
Johann J. Engel


Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.
Mahatma Gandhi


No me gusta la palabra tolerancia, pero no encuentro otra mejor. El amor empuja a tener, hacia la fe de los demás, el mismo respeto que se tiene por la propia.
Mahatma Gandhi


Tolerancia es esa sensación molesta de que al final el otro pudiera tener razón.
Anónimo


La tolerancia

La tolerancia, del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente, define la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no está de acuerdo. Y por extensión moderna, la actitud de un individuo frente a lo que es diferente de sus valores.

La noción de tolerancia se aplica a numerosos dominios:

  • la tolerancia social: actitud de una persona o de un grupo social ante lo que es diferente de sus valores morales o sus normas;
  • la tolerancia civil: distancia entre las leyes y sus aplicaciones y la impunidad;
  • la tolerancia según Locke: "dejar de combatir aquello que no se puede cambiar";
  • la tolerancia religiosa: actitud ante las confesiones de fe diferentes;
  • la tolerancia técnica: margen de error aceptable, o capacidad de resistencia a una agresión.
En contrapartida, la intolerancia se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo.



Ya está a la venta la nueva vacuna para el ego

Una vacuna para el ego

Cuando hacemos las cosas bien, llega el éxito. El éxito atrae la atención y el interés de las personas. El interés de las personas nos gusta tanto que muchas veces solo trabajamos para él y nos alejamos de lo que realmente nos llevó al éxito.

Cuando los cardenales eligen al nuevo Papa, lo cargan en un asiento especial. Pero, en el camino a su trono, el pontífice es bajado dos veces al piso, para que recuerde de dónde vino y mantenga siempre la humildad.

Esta ceremonia tiene raíces en la esencia del ser humano. Cuando estamos en una posición de poder o prestigio, es fácil embriagarse con la atención y el interés de las personas. El poder es una droga adictiva que engancha a nuestro Ego y nos cuesta mucho esfuerzo dejarla. Lo que hacemos es entregarle a las personas poder sobre nosotros. Si nos miran, se interesan por nosotros y nos rinden pleitesía, entonces sentimos que valemos. De lo contrario, nos sentimos ignorados y como si no tuviéramos ningún valor.

Hoy en día existen muchas personas que fueron empresarios exitosos en años anteriores, pero que ahora lo han perdido todo.

Sus empresas quebraron, ya no tienen poder y es frecuente verlos deprimidos. Esta depresión se origina, más que por un tema económico, porque ya no se consideran- «importantes» para otras personas. Han perdido su poder y, con él, su sensación de valía y competencia personal. Ya no tienen la «droga» y no saben cómo encontrarla.

Un amigo, que estuvo muy cerca a un candidato que se creía ganaría ciertas elecciones, me comentó que, en esos tiempos, la gente lo buscaba en las reuniones sociales con mucho interés. Celebraban sus bromas, lo veían esbelto, simpático; todos escuchaban cada palabra que decía con suma atención. Sin embargo, cuando el candidato perdió, ya nadie lo buscaba. Se sentía el hombre invisible. De la noche , a la mañana sus bromas fueron de mal gusto. Además, ¡cómo había envejecido! Lo increíble es que él seguía siendo la misma persona. No había cambiado, pero el interés de la gente sí.

Cuando basamos nuestra valía personal en lo que la gente piensa de nosotros, nos convertimos en seres dependientes.

Nuestra felicidad deja de depender de nosotros y pasa a depender de los otros. Es como si olvidáramos que sabemos respirar y le pidiéramos, a cada persona que vemos, que nos aplicara respiración artificial. Vamos de persona en persona buscando «su interés» o el aire para respirar.

Sin embargo, no lo necesitamos. Tenemos la capacidad de respirar solos, pero lo olvidamos, creyendo que sin el interés de las personas no podremos hacerlo.

Cuando trabajamos para lograr que la gente nos mire, estamos siendo manipulados por nuestro ego. Cuando trabajamos para dar lo mejor de nosotros mismos a fin de contribuir con alguna actividad que tiene significado, nuestro verdadero ser aflora.

Cuentan que cuatro sabios encontraron en el bosque unos huesos de tigre. Para mostrar su habilidad, uno de ellos dijo: «Yo puedo recrear el esqueleto completo de este animal», y así lo hizo. Otro sabio prometió devolverle al animal su carne, su piel y su sangre. Y así lo hizo. El tercero, para demostrar que era el mejor, dijo: «Yo puedo regresarlo a la vida». El cuarto sabio le pidió que no lo hiciera; dijo que lo creía capaz, pero que dejara las cosas así. Pero el sabio insistió en demostrarles su poder.

El cuarto sabio pidió, entonces, tiempo para subir a un árbol. Cuando el tercer sabio le dio vida al animal, el hambriento tigre devoró a los tres sabios que estaban a su costado. El cuarto observó con impotencia la suerte de sus compañeros desde el árbol.

No deje que su ego lo devore en la vida alejándolo de la verdadera felicidad. Si usted quiere vacunarse contra él, controle sus pensamientos. Piense cómo puede contribuir y servir en todo. lo que hace. Deje de pensar solo en usted, en destacar y en figurar, y piense mejor en todo lo que puede hacer para ayudar y permitir crecer a las personas de su entorno.

Pequeñas reflexiones sobre la humildad

Ser humilde para con los superiores es un deber; para los iguales, una muestra de cortesía, para los inferiores, una prueba de nobleza.
Benjamín Franklin

Quiero vivir y morir en el ejército de los humildes, uniendo mis oraciones a las suyas, con la santa libertad del obediente.
Miguel de Unamuno

Nada es tan bajo y vil como ser altivo con el humilde.
Lucio Anneo Séneca

La humildad es el hilo con el que se encadena la gloria.
Proverbio árabe

Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; mas donde hay humildad, habrá sabiduría.
Salomón

Después de las derrotas y las cruces, los hombres se vuelven más sabios y más humildes.
Benjamín Franklin

Cuánto más alto estemos situados, más humildes debemos ser.
Marco Tulio Cicerón

El secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento es la humildad.
Ernest Hemingway

Cuando no hay humildad, las personas se degradan.
Agatha Christie

Oración de Mahatma Gandhi

Mi Señor......

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes.

Y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.

Si me das éxito, no me quites la humildad.

Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo.

No me dejes caer en el orgullo si triunfo ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito, Déjame fuerzas para aprender del fracaso.

Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor...si yo me olvido de tí, nunca te olvides de mí!

La humildad

La Wikipedia nos da esta definición de la humildad:

La humildad es una cualidad o característica humana que es atribuida a toda persona que se considere un ser pequeño e insignificante frente a lo trascendente de su existencia o a Dios según si se habla en términos teológicos. Una persona humilde generalmente ha de ser modesta y vivir sin mayores pretensiones: alguien que no piensa que él o ella es mejor o más importante que otros. El concepto de la humildad en varias confesiones es a menudo mucho más exacto y extenso. La humildad no debe ser confundida con la humillación, que es el acto de hacer experimentar en algún otro o en uno mismo una avergonzante sensación, y que es algo totalmente diferente.

Desde la perspectiva de la evolución espiritual, la humildad es una virtud de realismo, pues consiste en ser conscientes de nuestras limitaciones e insuficiencias y en actuar de acuerdo con tal conciencia. Más exactamente, la humildad es la sabiduría de lo que somos. Es decir, es la sabiduría de aceptar nuestro nivel real evolutivo.

Independientemente de la definición, creo que esta historia nos da una idea clara
sobre la humildad.

La Carreta Vacía

Caminaba con mi padre cuando el se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio me preguntó:

Además del cantar de los pájaros, ¿escuchas alguna cosa más?

Agudicé mis oídos y algunos segundos después le respondí: Estoy escuchando el ruido de una carreta.

Eso es -dijo mi padre-. Es una carreta vacía.

Pregunté a mi padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aun no la vemos?

Entonces mi padre respondió: Es muy fácil saber cuándo una carreta está vacía, por causa del ruido. Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace.

Me convertí en adulto y hasta hoy cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y haciendo de menos a la gente, tengo la impresión de oír la voz de mi padre diciendo:

"Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace"

La humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Y recuerden que existen personas tan pobres que lo único que tienen es dinero. Y nadie está mas vacío que aquel que está lleno de sí mismo.

El grito que libera

La impaciencia y la intolerancia, grandes productoras de ansiedad, suelen encerrar al ser humano en las redes de la vida y de la cólera. En algunas ocasiones, éstas se manifiestan abiertamente, a través de la discusión y de la pelea. En otras, la tensión queda encerrada, con lo que la resultante de la ansiedad que se produce con ello se traduce en odio.

El grito es una buena fórmula para descargar los procesos anteriormente citados. Es frecuente, entre enamorados, o en la vida familiar cotidiana, que después de una discusión donde han abundado los gritos, el ambiente cambie y se transforme en mucho más armonioso e incluso amoroso.

"El grito libera la rabia", según reza un refrán popular en Irlanda; yo añadiría: "y tranquilizar el espíritu". Esta emoción está directamente relacionada con el hígado y con todo el sistema muscular. La tensión producida por una acumulación de agresividad bloquea las funciones hepáticas y agarrota los músculos. El grito es el acto liberador que permite, después de haberse producido, que la respiración sea más compensada, con lo que el diafragma se distiende; de esta forma mejoran los aportes de oxígeno a la sangre y se relajan al mismo tiempo las terminales nerviosas de los músculos.

Así pues, "un grito a tiempo" puede ser muy saludable para el organismo físico y para la psique de la persona.

Josep M. Villagrasa

Dos reflexiones para tu desarrollo personal

Madurez es lo que alcanzo cuando ya no tengo necesidad de juzgar ni culpar a nada ni a nadie de lo que me sucede.

Anthony De Melo


El éxito consiste en obtener lo que se desea. La felicidad en disfrutar lo que se obtiene.

Ralph Waldo Emerson