El Universo es por naturaleza abundante, se creó para que todos nos beneficiáramos. Para que a mí me vayan bien las cosas, no es necesario que a ti te vayan mal, a no ser que tú insistas en que así sea, y ese sería tu problema. Aquello en lo que crees (tus convicciones) influye en tu percepción, es decir, define la manera en que ves las cosas. Y tu percepción también depende de tus intenciones, de aquello que realmente quieres conseguir.
Por ejemplo: pretendes conquistar a la muchacha más bonita del instituto (esa es tu intención). Entonces empiezas a convencerte de que eres capaz de conseguirlo (esa es tu convicción). El resultado es que serás capaz de verte junto a esa chica, y a partir de ahí, todo te resultará más fácil (esa es tu percepción).
La abundancia es un derecho universal. El hambre y la miseria no combinan bien con la naturaleza. El sufrimiento es la manifestación de la falta de armonía con uno mismo y con las leyes del Universo. Hambre o abundancia, sufrimiento o felicidad, todo depende de la elección y la percepción de cada cual.
Lair Ribeiro, Los pies en el suelo y la cabeza en las estrellas
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