La danza de la Cobra

La danza de la cobra
En este momento la cobra está dando los últimos coletazos antes de quedarse dormida.

Cuenta una leyenda hindú, que  en el lago de un bosque vivía una cobra, y los animales que bebían el agua morían envenenados. Entonces vino el principie Krishna  bebió el Agua del lago, pero no murió, se volvió azul. Cuentan que después adormeció a la serpiente del lago que se volvió cristalino, y los animales ya no se morían.

Escuché atenta el relato referido por un guía, en el Templo de Dilwala en Mont. Abú. Y pensé que este cuento popular así como otros, revelan sabiduría si los interpretamos correctamente.

La cobra, simboliza la falsa conciencia, que divide y enfrenta a la humanidad, fijando nuestra a tención en el color de los ojos, no en la mirada.
La falsa conciencia” yo soy un cuerpo”, exacerba el nacionalismo que nos enfrenta en vez de sentirnos hermanos  habitando el mismo planeta.

“Yo soy un cuerpo”, enfrenta creyentes de credos y religiones; olvidando que Dios es Uno, y su mandato es amarnos.
“Cuando la mente y los sentidos dominan la conciencia. Cuando el instinto se apodera del alma. La cobra está despierta. Controla el lago de la vida.”

Sin embargo cuando comprobamos que el cuerpo es un templo donde habita la divinidad, todo cambia.
La Danza de la Cobra es un memorial de hace 5000 años, cuando la serpiente (el instinto) se adormece, porque la autentica conciencia se coloca la corona (Los poderes, valores y virtudes) del estado original, que sustentan el espíritu y lo hacen invencible. Cuando el Ser humano se hace consciente de que es un alma con un cuerpo, y esta convicción lo hace  invencible.

Cuando somos capaces de juzgar correctamente y amoldarnos a las situaciones. Cuando cooperamos y no competimos. Cuando enfrentamos los obstáculos con valentía. Cuando nos introvertidos y observamos como fluye el pensamiento. Cuando toleramos porque tenemos claridad para reconocer la verdad. Entonces vendrá el otro poder… empaquetar el pasado, con la vieja personalidad, y perdonaremos habiéndonos perdonado primero a nosotros mismos.
Danzaremos sobre la serpiente dormida, y el lago del bosque será… nuevamente: puro y cristalino.

Esther Feldman, El Poder de los Valores En Tiempo de Crisis

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