Un joven se propuso conseguirlo en una semana, y quiso saber cómo debía actuar. “Concentración” fue la respuesta.
El joven empezó a practicar, pero diez minutos más tarde ya se había distraído, y consideró que no estaba perdiendo el tiempo, sino habituándose consigo mismo.
Un buen día decidió que no era necesario llegar tan rápido a su meta, pues el camino le estaba enseñando muchas cosas.
Y fue en este momento cuando alcanzó la iluminación.
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario