Solidaridad desde la universidad

Voluntariado universitario: una forma de aprender ayudando

En base a sus postulados modernos, la universidad actual abre sus puertas y se compromete con los problemas de la comunidad. Se convierte en un canal de conocimientos transferidos a la sociedad, que a su vez vuelven a los estudiantes como saberes adquiridos a través de cada experiencia formativa. Uno de esos ámbitos que fomentan acciones solidarias es el voluntariado universitario, que en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) funciona desde 1995 y hasta la fecha, ha convocado a más de 550 estudiantes.


El voluntariado se basa en la promoción de los valores del compromiso y la responsabilidad social, procurando sentar bases para el desarrollo progresivo de una cultura solidaria. “Nosotros tenemos un sistema de voluntariado universitario a través del cual los estudiantes están integrados en proyectos de extensión. No realizan actividades aisladas, sino enmarcadas en planes de acción coordinados por un equipo de trabajo. Este esquema se diferencia de las modalidades aplicadas en otras universidades”, explicó a El Litoral Yelena Kuttel, coordinadora del voluntariado de la UNL.

“Nada queda en la improvisación: las acciones están sujetas a actividades pautadas, hay un acuerdo, un compromiso firmado y un trabajo en equipo”, señaló.

Los voluntarios realizan diversas actividades, desempeñándose como colaboradores en programas de desarrollo barrial, de promoción de la salud, prevención de enfermedades, fomento de iniciativas productivas, etc. “Para nosotros, el voluntariado tiene un profundo sentido solidario, porque cada participante está invirtiendo su tiempo y su esfuerzo en la intervención social o institucional donde colabora. El sistema implica un proceso de trabajo luego del cual el participante no sólo habrá intervenido en una acción solidaria dentro de su medio social, sino que además habrá vivido una experiencia que enriquecerá enormemente su formación académica”, afirmó Kuttel.

Los voluntarios reciben una capacitación específica en el marco del proyecto de extensión del que participen. Esta preparación es anual y responde a la idea de qué es un voluntario, cuáles son los principios movilizantes y las actividades que realiza, etc. También se llevan a cabo talleres de evaluación.

La coordinadora explicó que inicialmente se había diseñado un voluntariado en el que participaban exclusivamente docentes y estudiantes de la UNL, “pero más tarde nos encontramos con que mucha gente externa a la universidad quería participar de los proyectos. Entonces creamos el voluntario asociado, integrado por personas que no tienen relación directa con la universidad pero que quieren se parte de las iniciativas. Mientras más manos se sumen, mejor”, subrayó.

Zoolidarios

Uno de los proyectos de extensión que más voluntarios convocó fue “Zoolidarios: actividades asistidas por animales para personas con necesidades especiales”. En esta iniciativa extensionista participaron cerca de 190 estudiantes: “La gente se fascina con este proyecto. Está originalmente planteado y es muy importante respecto de lo que brinda a las personas que necesitan afecto y contención”, destacó Kuttel.

Zoolidarios implicó el trabajo conjunto entre la universidad y diversos sectores de la comunidad comprometidos con la mejora en la calidad de vida de personas con capacidades diferentes -niños, jóvenes y adultos que padecen algún tipo de discapacidad mental, trastornos de la motricidad, trastornos atencionales y sensoriales-. Consistió en el desarrollo de encuentros educativos y recreativos en los que niños, jóvenes y adultos con necesidades especiales interactuaron con animales de compañía y de granja.

A partir de esta interacción, los destinatarios pudieron mitigar sentimientos de angustia, temor, estrés, frustración y soledad. Uno de los objetivos principales de esta experiencia fue mejorar la calidad de vida de las personas con necesidades especiales.

Premiado

Las actividades educativas y recreativas del proyecto “Zoolidarios” tuvieron su reconocimiento a través de una Mención como Práctica Educativa Destacada, en el marco del Premio Presidencial a las Prácticas Educativas Solidarias (convocatoria 2004). Obtuvo además el Premio a la Excelencia en el año 2005.

De la Redacción de El Litoral

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