Reflexiones sobre los valores

Lo que no se usa se pierde

Pequeñas reflexiones sobre los valores
Lo que no se usa se pierde. Una manera fácil de romper un esquema limitador es simplemente evitar utilizarlo. Las vías neuronales (neuroasociaciones) en desuso acabarán atrofiándose. Pero ten cuidado: esto vale tanto para lo negativo como, para lo positivo...

La valentía disminuye cuando no la usamos; el compromiso languidece si no lo practicamos; la pasión se disipa cuando no la expresamos.

Decídete ya a hacer algo que suponga utilizar uno de tus sentimientos más ricos y positivos. Recuerda: cuanto más se usan las cosas, más fuertes se hacen. Debemos ejercitar nuestros músculos emocionales no sólo para conseguir resultados sino también para seguir en un estado de buena salud y agilidad.

Nuestras emociones

Nosotros somos la fuente de todas nuestras emociones. Podemos generarlas o cambiarlas en el momento en que queramos.

¿Por qué, pues, no lo hacemos? Para la mayoría de nosotros, sentirnos mal es «natural» pero necesitarnos una razón para sentirnos bien. No te hace falta una excusa para sentirte bien. Puedes decidirlo ahora mismo, sentirte bien sencillamente porque estás vivo, porque así te apetece, ni más ni menos. ¡No tienes que esperar a nada ni a nadie!

Pasos de gigante, Anthony Robbins

Copos de nieve

Dos pájaros estaban posados sobre una rama durante una nevada, y se pusieron a conversar:

—Dime, ¿cuánto pesa un copo de nieve? — le preguntó el pájaro carbonero a la paloma salvaje.

—Casi nada —fue la respuesta.
—En tal caso, antes de irme déjame contarte una maravillosa historia —replicó el carbonero.

Al empezar este invierno me posé sobre la rama de un abeto. No era un duro invierno, y como no tenía otra cosa que hacer, me puse a contar los copos de nieve que se iban asentando en las ramitas y en las hojas de mi tallo. Su número exacto fue 3.741.952. Cuando el último copo de nieve se depositó sobre la rama, sin que nada pasara, esta se partió —dijo el pájaro, y se alejó volando.

Día de los enamorados. Una reflexión sobre el amor

San Valentín. Día de los enamorados
Un relato sobre amor

Se trata de dos hermosos jóvenes que se pusieron de novios cuando ella tenía trece y él dieciocho. Vivían en un pueblito de leñadores situado al lado de una montaña. Él era alto, esbelto y musculoso, dado que había aprendido a ser leñador desde la infancia. Ella era rubia, de pelo muy largo, tanto que le llegaba hasta la cintura; tenía los ojos celestes, hermosos y maravillosos..

La historia cuenta que habían noviado con la complicidad de todo el pueblo.

Hasta que un día, cuando ella tuvo dieciocho y él veintitrés, el pueblo entero se puso de acuerdo para ayudar a que ambos se casaran.

Les regalaron una cabaña, con una parcela de árboles para que él pudiera trabajar como leñador. Después de casarse se fueron a vivir allí para la alegría de todos, de ellos, de su familia y del pueblo, que tanto había ayudado en esa relación.

Y vivieron allí durante todos los días de un invierno, un verano, una primavera y un otoño, disfrutando mucho de estar juntos. Cuando el día del primer aniversario se acercaba, ella sintió que debía hacer algo para demostrarle a él su profundo amor. Pensó hacerle un regalo que significara esto. Un hacha nueva relacionaría todo con el trabajo; un pulóver tejido tampoco la convencía, pues ya le había tejido pulóveres en otras oportunidades; una comida no era suficiente agasajo...

La importancia del esfuerzo

Esforzarse para obtener logros
Aprendizaje o dinero

Un hombre con fama de sabio y que había amasado una gran fortuna le llegó la hora de la jubilación. Desde ese momento, cada día encontraba motivos para invitar a sus numerosos amigos a costosos banquetes, o para hacerles caros regalos.

Pasados unos meses de lujos y derroches, un amigo le dijo:

-Creo que deberías dejar de gastar de ese modo. Aunque tu fortuna es mucha, estás dilapidándola rápidamente, y recuerda que tienes unos hijos que te heredarán.

-Precisamente por ellos lo hago -contestó-.

La riqueza conseguida sin esfuerzo arruina la capacidad de los inteligentes y agrava la estupidez de los más torpes. Yo a mis hijos les he dado la educación y los medios suficientes como para que se construyan un futuro por ellos mismos. La expectativa de disponer de mi patrimonio no sería más que una invitación a que aparecieran la codicia y la indolencia. No necesitan mi dinero para nada, no sería más que un veneno en sus vidas-. Y en efecto, aquel hombre gastó hasta el último céntimo antes de morir.

Los 120 mejores cuentos de las tradiciones espirituales de oriente, Recopilación de Ramiro Calle y Sebastián Vázquez.