La cosas inútiles de la vida

No dejes ir tu vida en cosas inútiles

Reserva tiempo para REIR,
es la música del alma.

Reserva tiempo para LEER,
es la base de la sabiduría.

Reserva tiempo para PENSAR,
es la fuente del poder.

Reserva tiempo para TRABAJAR,
es el precio del éxito.

Reserva tiempo para DIVERTIRTE,
es el secreto de la juventud eterna.

Reserva tiempo para SER AMIGO,
es el camino de la felicidad.

Reserva tiempo para SOÑAR,
es el medio de encontrar tus objetivos.

Reserva tiempo para AMAR Y SER AMADO,
es el privilegio de los hijos de Dios.

Reserva tiempo para SER ÚTIL A LOS OTROS,
esta vida es demasiado corta para que seamos egoístas.

Nosotros no perdemos tiempo en la vida;
lo que se pierde es la vida, al perder el tiempo.

Proverbio árabe

Diferencia entre hombres

La piedra

El distraído tropezó con ella.

El violento la empleó como proyectil.

El emprendedor la usó para construir.

El campesino, cansado, la transformó en una silla y se sentó.

Para los nińos, fue un juguete.

León Felipe la poetizó.

David mató con ella a Goliat.

Y Miguel Ángel la transformó en la más bella de las esculturas.

La diferencia no radica en la piedra, sino en el hombre.

Vivir nuestra vida con valores

Esta pequeña historia nos muestra la importancia de crecer con valores.

Pesca para toda la vida

Tenía once años e iba a pescar cada vez que podía, desde el muelle de la cabaña de su familia ubicada en una isla en medio de un lago de Neuquén .

Un día antes de que se abriera la temporada del salmón , él y su padre fueron a pescar al caer la noche, atrapando truchas con gusanos. Luego puso una pequeña mosca plateada y practicó el lanzamiento. El anzuelo golpeaba el agua y hacía pequeñas olas de colores bajo el sol del crepúsculo, luego olitas plateadas cuando la luna se elevó sobre el lago.

Cuando su caña se dobló, supo que había algo enorme en el otro extremo. El padre observaba con admiración cómo el niño arrastraba con habilidad al pez a lo largo del muelle. Por fin, rápidamente levantó del agua al agotado pez.

Era el más grande que jamás había visto, pero era un salmón .

El niño y su padre miraron el hermoso pez, con las agallas moviéndose a la luz de la luna. El padre encendió un fósforo y miró su reloj. Eran las diez de la noche, dos horas antes de que se abriera la temporada. Miró el pez y luego al niño.

-Tendrás que devolverlo, hijo- dijo.

-¡Papá!- gritó el chico.

-Habrá otros peces- dijo su padre.

-No tan grandes como éste- gritó el chico.

Miró el lago. No se veía ningún pescador ni botes bajo la luna. Volvió a mirar a su padre. Aunque nadie los había visto, ni nadie podía saber a qué hora había pescado el pez, el chico advirtió por la firmeza de su padre que la decisión no era negociable. Lentamente sacó el anzuelo de la boca del enorme salmón y lo devolvió a las negras aguas.

El pez movió su poderoso cuerpo y desapareció. El niño sospechaba que nunca volvería a ver un pez tan grande.

Eso ocurrió hace treinta y cuatro años. En la actualidad el niño es un exitoso arquitecto de Chos Malal . La cabaña de su padre está siempre en la isla en la mitad del lago. Lleva a su propio hijo y a sus hijas a pescar desde el mismo muelle.

Y tenía razón. Nunca volvió a pescar un pez tan magnífico como el que atrapó esa noche de tantos años atrás. Pero ve ese mismo pez cada vez que se enfrenta con el tema de la ética. Pues, como su padre se lo enseñó, la ética es un simple asunto de bien o mal. Sólo la práctica de la ética es lo difícil.

¿Hacemos el bien cuando nadie nos mira? ¿Nos negamos a hacer las cosas de cualquier manera para entregar el plano a tiempo? ¿O nos negamos a comprar acciones basándonos en información que sabemos que no deberíamos tener?

No lo haríamos si nos hubieran enseñado a devolver el pez al agua cuando éramos chicos. Pues habríamos aprendido la verdad.

La decisión de hacer el bien vive fresca y fragante en nuestra memoria. Es una historia que le contaremos con orgullo a nuestros amigos y nietos. No sobre cómo tuvimos ocasión de burlarnos del sistema y aprovecharnos de él, sino sobre cómo hicimos lo correcto y nos llenamos de fuerza para siempre.

Autor desconocido

8 regalos que no te costarán nada

1- El regalo de Escuchar.
Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Solo escuchar.

2- El regalo del Cariño.
Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos, estas pequeñas acciones demuestran el cariño por tu familia y amigos.

3- El regalo de la sonrisa.
Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu regalo dirá: "me gusta reír contigo"

4- El regalo de las notas escritas.
Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", un detalle como estos puede ser recordado de por vida Y CAMBIARLA A UN TAL VEZ.

5- El regalo de un cumplido.
Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran trabajo" o "fue una estupenda comida" puede hacer especial un día.

6- El regalo del favor.
Todos los días procura hacer un favor.

7- El regalo de la soledad.
Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Se sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.

8- El regalo de la disposición a la gratitud.
La forma mas fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle cosas que no son difíciles de decir como "Hola" y "Muchas Gracias".

Los amigos son raras joyas, que pueden hacerte enojar y sonreír, que poco a poco aprenden a escuchar, a alentarte y ellos siempre abrirán su corazón a nosotros.