¿Qué es riqueza?

Se organizaron dos grupos de personas y se les hizo la siguiente pregunta: ¿Qué es la riqueza?

El grupo número 1 contestó de la siguiente manera:

Arquitecto:
- Tener proyectos que me permitan ganar mucho dinero.

Ingeniero:
- Desarrollar sistemas que sean útiles y muy bien pagados.

Abogado:
- Tener muchos casos que dejen buenas ganancias y tener un BMW.

Médico:
- Tener muchos pacientes y poder comprar una casa grande y bonita.

Gerente:
- Tener la empresa en niveles de ganancia altos y crecientes.

Atleta:
- Ganar fama y reconocimiento mundial, para estar bien pagado.


El grupo número 2 contestó lo siguiente:

Preso de por vida:
- Caminar libre por las calles.

Ciego:
- Ver la luz del sol y a la gente que quiero.

Sordo:
- Escuchar el sonido del viento y cuando me hablan.

Mudo:
- Poder decir a las personas cuánto las amo.

Inválido:
- Correr en una mañana soleada.

Persona con una enfermedad terminal:
- Poder vivir un día más.

Huérfano:
- Poder tener a mi mamá, mi papá, mis hermanos, y mi familia.


No midas tu riqueza por el dinero que tienes, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarías por dinero.

Autor desconocido

Los tres leones y la montaña difícil

En una selva de África vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión:

"Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en nuestro territorio: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia?, ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro rey?".

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: "Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido.

Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. Necesitamos saber cuál será el elegido, pero... ¿Cómo descubrirlo?".

Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3 leones:

"Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que ustedes 3 van a escalar la "Montaña Difícil".

El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro rey". La "Montaña Difícil" era la más alta y complicada de escalar de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir al gran evento.
El primer león intentó escalar y no pudo llegar.

El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado.

El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 leones fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey?.

En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: "¡Yo sé quién debe ser el rey!". Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa... "¿Cómo?", preguntaron todos.

"Es simple..." dijo el águila. "Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados de su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña.

El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!.
El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido!.
El tercer león dijo:- ¡Montaña, me has vencido... por ahora!. Pero ya llegaste a tu tamaño
final y yo todavía estoy creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema... él es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás".

Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado... ¡el rey de los animales!.
No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas.

Tus problemas, por lo menos en la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo... ¡pero tú no!. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos. Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.
La Montaña de las Dificultades tiene un tamaño fijo y limitado...

¡Tu aún estás creciendo!


Sobre la vida

La vida es como andar en bicicleta... te caes, solo si dejas de pedalear

Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Era como un presidente, reconocía su foto cuando la veía, pero realmente no lo conocía.

Pero luego reconocí a mi Poder Superior; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos plazas, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear.

No sé cuando sucedió, no me di cuenta cuando fue, que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí se es que mi vida no ha sido la misma desde entonces.

Mi vida con Dios es muy emocionante.

Cuando yo tenía el control, yo sabía a dónde iba. Era un tanto aburrido, pero predecible. Era la distancia más corta entre dos puntos.

Pero cuando Él tomó el liderazgo, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes, velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme; aunque pareciera una locura, Él sólo me decía: "¡Pedalea!"

Me preocupaba y ansiosamente le preguntaba,

"¿A dónde me llevas?" Él sólo sonreía y no me contestaba, así que comencé a confiar en Él.

Me olvidé de mi aburrida vida y comencé una aventura, y cuando yo decía "estoy asustado".

Él se inclinaba un poco para atrás y tocaba mi mano.

Él me llevó a conocer gente con dones, dones de sanidad y aceptación, de gozo. Ellos me dieron esos dones para llevarlos en mi viaje; nuestro viaje, de Dios y mío.

Y allá íbamos otra vez. Él me dijo: "Comparte estos dones, dalos a la gente, son sobrepeso, mucho peso extra". Y así lo hice... a la gente que conocimos, encontré que en el dar yo recibía y mi carga era ligera.

Él sabía como doblar para dar vueltas cerradas, brincar para librar obstáculos llenos de piedras, inclusive volar para evitar horribles caminos.

Y ahora estoy aprendiendo a callar y pedalear por los más extraños lugares. Estoy aprendiendo a disfrutar de la vista y de la suave brisa en mi cara y sobre todo de la increíble y deliciosa compañía de mi Dios.

Y cuando estoy seguro que ya no puedo más, Él sólo sonríe y me dice: "¡Pedalea!

Tratemos de quejarnos menos

Si algunas cosas te molestan y permanentemente te quejas, no dejes de mirar este video, posiblemente cambies esa conducta.