Feliz 2009 para todos




Deja de lado tus temores

Había una vez un mago que experimentó tal compasión por un ratón que vivía en un constante temor por el gato, que lo convirtió en gato.


Pero este gato comenzó a tenerle miedo al perro, y el mago lo convirtió en perro.

El perro a su vez tuvo miedo del tigre, y el mago lo convirtió en tigre.

Pero sus problemas no terminaron allí, ya que el tigre se puso a temer constantemente al cazador.

Disgustado, el mago termino por transformarlo de nuevo en ratón, diciéndole:

"Puesto que sólo tiene los nervios de un ratón, me es imposible ayudarte haciéndote revestir la forma del más noble animal."

Todos nuestros temores pocas veces se hacen realidad, pero ocupan mucho de nuestra mente y con resultados muy malos.

Reemplaza tus pensamientos negativos por acciones, los resultados cambiarán tu vida en sentido positivo.


La solidaridad es noticia

En la época que vivimos, no es muy común recibir buenas noticias; afortunadamente, ésta es un bálsamo para nuestras almas.

Solidaridad sobre ruedas

Firmat es una ciudad del departamento de General López, en Santa Fe. A 107 kilómetros de Rosario y a 58 de Venado Tuerto, está adornada por campos de maíz, silos, camiones y extensos espacios verdes.


De sus 36.500 habitantes, Valentín Melo se destaca no sólo por su sensibilidad social, sino también por su inagotable iniciativa, que lo llevó a ser un referente local de las movidas solidarias con tan sólo 11 años.


Junto a su bicicleta roja y su carrito de madera recorre las calles juntando lo que haga falta para ayudar al prójimo: comida, juguetes, tapitas de botellas, cartón o plástico. Por esta gran vocación de servicio, la Red Solidaria Firmat lo premió, la semana última, como el Voluntario del Año.

El primer carrito, que armó en 2007 - ya dando muestras de ser un gran autodidacta- lo hizo con sus manos utilizando unas ruedas que sacó de una máquina de cortar pasto. Allí apilaba los manojos de laurel que sacaba de la huerta de su abuelo y los vendía para ganar algo de plata.

"A fines de 2007 iba a vestir el carrito con motivos navideños y se me ocurrió ir casa por casa juntando comida para las Fiestas, como pan dulce, para el hogar de chicos de acá cerca. No les había dicho nada, así que fue todo sorpresa para ellos", cuenta Valentín, al recordar la primera movida solidaria que organizó. La generosidad de sus vecinos lo ayudaron a conseguir comida, ropa y también juguetes. "Siempre alguno de mis amigos me acompañaba a juntar las cosas, así que fuimos todos a entregar las cosas al hogar", agregó este niño con mirada pícara y sonrisa cómplice.

Este año, su papá, Julio, que tiene una carpintería le armó un carrito más grande y resistente último modelo . Tiene luces para que lo vean a la noche, guiños para respetar las reglas de tránsito y música. "Después de la movida de Navidad, el carrito que tenía quedó destruido, así que le armé otro nuevo", explicó.

En abril, cuando se enteró por medio de su mamá de que el hospital Garrahan estaba juntando tapitas, fue a hablar con la directora del Instituto Virgen de la Merced -del cual es alumno- para organizar una campaña en toda la escuela. "Nosotros no sabíamos nada de esta iniciativa. Valentín vino un día a contarme y le propuse que invitara al resto de los alumnos del colegio a participar. Pusimos una caja y él todos los días las recogía", contó Norma Leiva, directora del colegio.
Cerrar el círculo

A través de una maestra del colegio que colabora con la Red Solidaria Firmat se enteró de que esta organización se estaba encargando de reunir todas las tapitas de la ciudad, y eso era lo que faltaba para cerrar el círculo.

Valentín se entusiasmó con esta acción y empezó a llevar tachos de helado a todos los negocios, supermercados y verdulerías para que ellos también pudiesen sumarse. Una vez por semana hacía el recorrido y llevaba todo lo recaudado a la Red Solidaria.

"Nos sorprendió gratamente darnos cuenta de que los que más colaboraron con esta campaña fueron los chicos. Gracias a ellos pudimos juntar papel y 15.000 tapitas que fueron enviados a Buenos Aires", contó Marylin Sacnun, responsable de la Red Solidaria Firmat. Por este motivo, y porque Valentín fue el líder de esta iniciativa, es que aprovecharon el fin de curso del Instituto Virgen de la Merced para hacerle entrega de la distinción del Voluntario del Año. "Cuesta mucho pasar de la emoción a la acción y los chicos nos dieron el ejemplo en esta campaña. Este premio tiene como objetivo destacar la labor de Valentín y a su vez contagiar a otros chicos con su espíritu solidario", dijo Marylin durante la entrega.

Además, gracias a la colaboración del diario regional Pueblo , Valentín recibió una bicicleta nueva como forma de reconocimiento. "La que tiene está bastante gastada, así que nos pareció que iba a ser un buen regalo", agregó.

Valentín, sorprendido por el galradón, recibió la bicicleta con una enorme sonrisa y aclaró que no la iba a usar para el carrito. "Esta me la quedo para pasear", dijo entusiasmado este chico al que le gusta la electricidad, tiene mucha facilidad para las caricaturas y juega al rugby.

A sus actividades solidarias también se suma la de colaborar con la patrulla ambiental juntando papel y botellas. Allí también lo premiaron por su labor solidaria con lámparas de bajo consumo y bolsas de compost.

Desde la escuela destacaron la importancia que tiene la familia en este logro. "Se nota que viene de una familia que tiene los valores muy arraigados. Es simple: no se da lo que no se tiene", enfatizó Leiva.

"Mi otro hijo, que acaba de terminar la secundaria, también recibió una mención especial. Uno los cría para que sean buenas personas, así que estamos muy orgullosos", dijo María de los Angeles, su madre.
Emblema barrial

Su carrito ya es un emblema en su barrio y lo lleva a cada acontecimiento relevante. Por ejemplo, durante la época del conflicto del campo con el Gobierno fue con su familia al corte de la ruta 33, con el carrito adornado con la Bandera.

"Lo bueno de vivir en un lugar como Firmat es tener la tranquilidad de que podés dejar a tu hijo que vaya por las calles y los negocios solo. Eso no se paga con nada. Así es como te enterás de todo, lo bueno y lo malo", sostuvo Julio, oriundo de Mar del Plata.

Aunque su hermano mayor, Ulises, lo tilda de cartonero porque anda juntando cosas de la calle, Valentín se sube todos los días con una sonrisa a su bici y emprende su viaje, con la seguridad de que cuando se propone algo, lo consigue.

Por Micaela Urdinez

Fuente

Cerrando círculos

Siempre es preciso saber cuando se acaba una etapa de la vida.
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos. Como quiera llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó con su trabajo? ¿Se acabó la relación? ¿Ya no vive más en esa casa? ¿Debe irse de viaje? ¿La amistad se acabó?. Puede pasarse mucho tiempo de su presente "revolcándose" en los porqués, en rebobinar el casette y tratar de entender por que sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito porque en la vida, usted, yo, su amigo, sus hijos, sus hermanas, todos y todas estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiera estar vinculado a nosotros. No ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!. Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente. El pasado ya pasó.

No esperen que le devuelvan, no espera que le reconozcan, no espere que alguna vez se den cuenta de quién es usted. Suelte el resentimiento, el prender "su televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarlo mentalmente, envenenarlo, amargarlo.
La vida está para adelante, nunca para atrás, Porque si usted anda por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrá desprenderse ni vivir lo de hoy con satisfacción.

Noviazgos o amistades que no clausuran, posibilidades de "regresar" (¿a qué?), necesidad de aclaraciones, palabras que no se dijeron, silencios que lo invadieron... ¡Si puede enfrentarlos ya y ahora, hágalo!
Si no, déjelo ir, cierre capítulos. Dígase a usted mismo que no, que no vuelve.

Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque usted ya no encaja allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en ese escritorio, en ese oficio. Usted ya no es el mismo que se fue, hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto, no hay nada a qué volver.

Cierre la puerta, pase la hoja, cierre el círculo. Ni usted será el mismo, ni el entorno al que regresa será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático.

Es salud mental, amor por usted mismo, desprender lo que ya no está en su vida. Recuerde que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo, nada es vital para vivir porque cuando usted vino a este mundo "llegó" sin ese adhesivo, por lo tanto es "costumbre" vivir pegado a él y es un trabajo personal aprender a vivir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente, se puede lograr porque, le repito, nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero.... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte. Hay tantas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escoja, le ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.

¡Esa es la vida!

Paulo Coelho

Quiero

Este pequeño texto de Jorge Bucay nos enseña que nunca hay que poner condicionamientos en nuestras relaciones.

Quiero

Quiero que me oigas, sin juzgarme.

Quiero que opines, sin aconsejarme.

Quiero que confíes en mi, sin exigirme.

Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mi.

Quiero que me cuides, sin anularme.

Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mi.

Quiero que me abraces, sin asfixiarme.

Quiero que me animes, sin empujarme.

Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mi.

Quiero que me protejas, sin mentiras.

Quiero que te acerques, sin invadirme.

Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten, que las aceptes y no pretendas cambiarlas.

Quiero que sepas, que hoy, hoy podés contar conmigo.

Sin condiciones.

26 cuentos para pensar, Jorge Bucay

El gran secreto de la felicidad

1- YO no hablo, ni permito que se me hable nada contrario a la perfecta salud, la felicidad y la prosperidad.

2- YO le hago sentir a todo ser viviente que lo considero valioso.

3- YO le busco el lado bueno a todo lo que me ocurre, y a todo lo que veo ocurrir a otros.

4- YO pienso en todo lo mejor. Espero todo lo mejor. Trabajo únicamente por lo mejor.

5- YO siento igual entusiasmo por lo bueno que le ocurre a otro, que por lo que me ocurre a mi.

6- YO olvido mis errores del pasado y sigo adelante a mayores triunfos.

7- Yo llevo una expresión agradable en todo momento, y sonrío a todo ser que contacto.

8-YO no tengo tiempo para criticar a los demás, ya que paso tanto tiempo mejorándome.

9- YO me hago tan fuerte que nada puede perturbar la paz de mi mente.

10- YO SOY demasiado grande para preocuparme. Demasiado noble para enfurecerme. Demasiado fuerte para temer. Demasiado feliz para permitir la presencia de algo negativo.




Mejora tu actitud cada día

El maestro de la escuela de tiro al blanco tenía fama de ser un verdadero maestro de la vida.

Un día el más aventajado de los alumnos ganó una competición importante y las felicitaciones llovieron tanto sobre el alumno como sobre el maestro. Pero éste no parecía impresionado.

Cuando más tarde, el alumno le preguntó por qué no estaba alegre con el triunfo, el maestro le dijo: "Todavía te falta aprender que el blanco no es el blanco". "¿Y qué es el blanco?", quiso saber el discípulo. Pero el maestro no se lo dijo. Era algo que el joven debía aprender algún día por si mismo.

En ese día entendería que lo que más debía ambicionar no era el éxito, sino la actitud de querer lograr lo mejor en cada momento de la vida.

Reflexión

Educar es un arte que puede ser explicado utilizando la imagen del labrador que cultiva la tierra y que espera confiado y con paciencia que las semillas que ha sembrado den sus frutos.

Educar es ayudar a encontrar caminos en las mentes y en los corazones. Es acompañar a recorrerlos, sin empujar ni apurar los pasos.

Educar es escuchar y respetar los sueños y animarse a alcanzar otros mayores.