Seamos como las luciérnagas

Una luciérnaga no alumbra todo su camino pero todas las luciérnagas estrellan una noche.

Como un tácito acuerdo cuando unas luciérnagas se encienden otras se apagan.

Cuando se apaga un pensamiento se enciende otro para que no te quedes a oscuras. Un sapo se traga a la luciérnaga pero no queda iluminado.

Los pensamientos del sabio se apagan en el buche del tonto.

Los pensamientos de los hombres son como las luciérnagas: mientras vuelan en libertad iluminan toda la noche, pero si los aprisionas se apagan.

La luciérnaga que prende su luz se arriesga a ser descubierta y devorada por sus enemigos.

Así le sucede al hombre que se anima a decir en voz alta su propio pensamiento.
Cuando es de día las luciérnagas duermen apagadas.

El hombre sabio calla lo que piensa cuando es inútil decirlo.

Si todos los animales noctámbulos iluminaran como la luciérnaga se acabarían las noches.

Si todos los hombres iluminaran con su propia luz se acabaría la oscuridad.

Hay hombres que son como las luciérnagas:

Iluminan con su propia luz, intermitente y pequeña.

Hay hombres que son como la luna: iluminan con luz fuerte y constante pero ajena.

No desprecies la luz de la luciérnaga porque es un insecto pequeño.

Ni dejes de valorar lo que piensa el hombre porque no tiene títulos ni dinero.

Anímate a ser como la luciérnaga.

Y descubrirás que en tu vida hay un poco de luz para iluminar a los otros.

Un pequeño video motivador

Las ranas, es un pequeño video que nos demuestra el valor de la constancia.





Frases motivadoras

Estas son algunas de las frases que me motivan diariamente.

El fracaso no es otra cosa que una oportunidad para empezar de nuevo de un modo más inteligente.
Henry Ford

Siembra una acción y cosecharás un hábito.
Siembra un hábito y cosecharás un carácter.
Siembra un carácter y cosecharás futuro.
Williams James

El éxito parece ser en gran medida, un asunto de seguir luchando cuando los demás abandonan.
William Feather

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero los que luchan toda la vida: esos son imprescindibles.
Bertold Bretch

El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.
William G. Ward



El amor

Seguramente encontrarás muchas definiciones sobre el amor. Con algunas estarás de acuerdo y con otras no.

Esta que he encontrado me pareció muy sacada de la realidad y quiero compartirla.

Mi definición de amor…

Te puedo decir mil palabras hermosas, te puedo complacer en todo lo que pidas, pero todo eso se quedaría corto con lo que realmente es el amor para mí.

El amor lo vez cuando después de 15 años de relación una pareja todavía se dice te amo con sentimiento. Es ver unos abuelitos, con más de 30 años de casados agarrarse de las manos con ternura al caminar por una plaza. El amor es aguantar tus peleas o caprichos, el amor es pretender que pienses en mi tanto como lo hago yo. El amor es algo bien complicado, el amor es doloroso, lleno de sufrimiento, pero lo aguanto todo por la felicidad que trae una sonrisa tuya cuando te doy amor, por el amor que trae un beso apasionado tuyo.

El amor es pasión, es creer que tú eres un ángel, es compararte con el chocolate, si porque si te comes una fresa es rico, pero una fresa con chocolate es glorioso. El amor es llorar por ti y al próximo segundo tener las fuerzas para decirte te amo con la pasión y el coraje que una persona al borde de la muerte lucha contra ella para sobrevivir.

Léela completa desde aquí.



Muchos artistas le cantan y le cantaron al amor

Uno de los artistas que más le ha cantado al amor es José Luis Perales. La letra de esta canción es realmente muy bella.



Sin amor

La inteligencia sin amor, te hace perverso.

La justicia sin amor, te hace implacable.

La diplomacia sin amor, te hace hipócrita.

El éxito sin amor, te hace arrogante.

La riqueza sin amor, te hace avaro.

La docilidad sin amor, te hace servil.

La castidad sin amor, te hace orgulloso.

La pobreza sin amor, te hace orgulloso.

La belleza sin amor, te hace ridículo.

La verdad sin amor, te hace hiriente.

La autoridad sin amor, te hace tirano.

El trabajo sin amor, te hace esclavo.

La sencillez sin amor, te envilece.

La oración sin amor, te hace introvertido.

La ley sin amor, te esclaviza.

La política sin amor, te hace ególatra.

La fe sin amor, te hace fanático.

La cruz sin amor, se convierte en tortura.

La vida sin amor, no tiene sentido.

Desconozco el autor.

Reflexiones sobre el amor


El corazón que ama siempre se mantiene joven.
Proverbio griego

Quien ama al mundo en su persona es digno de que se le confíe el reino.
Lao Tsé

No hay necesidad de ir en busca de un remedio para curar los males de nuestro tiempo. El remedio ya existe: es ofrecerse uno mismo a quienes han caído tan bajo que incluso la esperanza les falla. Abrid vuestro corazón de par en par.
René Bazin

No hay mayor gloria que morir por amor. Gabriel García Márquez Todo cuanto necesitas es amor.
Los Beatles

Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
Madre Teresa de Calcuta

El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
François de la Rochefoucauld

La amistad

Según Wikipedia la amistad (del latín amicus; amigo, que posiblemente se derivó de amore; amar. Aunque se dice también que amigo proviene del griego a; sin y ego; yo, entonces amigo significaría "sin mi yo", con lo cual se considera a un amigo como al otro yo) es una relación afectiva entre dos personas.La amistad es una de las más comunes relaciones interpersonales que la mayoría de los seres humanos tienen en la vida.

Amistad es un sentimiento convenido con otra persona, donde se busca confianza, consuelo, amor y respeto.Es algo muy especial entre dos personas que son amigos.

Video ilustrativo de este valor tan importante.




Para conocer más sobre la amistad te propongo la realización de este test de la amistad.

Leyenda árabe sobre la amistad

Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron, y uno le dio una bofetada al otro.

El otro, ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO.

Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.

Intrigado, el amigo preguntó: ¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo".

El árbol de los amigos

Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren todo el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, mas otras apenas las vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro papá y nuestra mamá, nos muestra lo que es la vida. Después vienen los amigos hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.

Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón y entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies, cosquillitas a nuestro estómago, etc.

También existen aquellos amigos por un tiempo, tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas. Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro, durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a los amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramas y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre hoja y otra.

El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.

Pero lo que nos deja más felices es darnos cuenta que aquellas que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Hoy y siempre... simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevaron mucho, pero no habrá de los que no nos dejaran nada.

Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por causalidad.

Jorge Luis Borges

Reflexiones sobre la amistad


El odio acecha mientras la amistad duerme.
Proverbio francés

No tengas amigos que no sean iguales a ti mismo.
Confucio

Para mí, querido amigo, nunca serás viejo.
William Shakespeare

Un buen amigo es una persona con quien puedo ser sincero. En su presencia, puedo pensar en voz alta.
Ralph Waldo Emerson

La sagrada pasión de la mistad es tan dulce y firme, tan leal e imperecedera por naturaleza que puede durar toda la vida, siempre y cuando tu amigo no te pida dinero prestado.
Mark Twain

La armonía

La armonía puede ser definida como la conjunción entre el movimiento, el orden, la estabilidad y el equilibrio que se percibe en un objeto real o imaginario, lo cual estimula al sujeto, produciéndole una agradable sensación de paz, alegría o éxtasis interior.

La naturaleza tiene armonía, es decir posee un ordenamiento que no es estático sino que está en permanente movimiento e interactúan en ella ciertas fuerzas o principios elementales. La armonía es, en cierta manera, sinónimo de equilibrio y estabilidad, pero se diferencia de estos dos términos en el sentido de que abarca más cosas y entre ellas está el hecho de que afecta sensiblemente y benéficamente a nuestro estado de ánimo, a nuestros sentidos y en especial a nuestros sentimientos.

Generalmente el concepto de armonía está íntimamente relacionado con las artes, (el diseño, la pintura, la música, la escultura, etc.) Sin embargo, a la luz de los valores y las virtudes, podemos definir a la armonía como el valor que permite al hombre entrar en un vínculo, en una relación de dar y recibir con todas las cosas que le rodean y con sus semejantes, produciéndose un estado de satisfacción y bienestar (interior y exterior), tanto en si mismo, como en los otros seres con quien éste se relaciona.

La toma de conciencia de este valor, su búsqueda y la puesta en práctica en la vida cotidiana, hace que el sujeto incorpore la armonía como virtud, convirtiéndose en una persona armoniosa en su quehacer diario. Cuando observamos una correspondencia o reciprocidad en el vínculo formado entre dos o más seres o cosas, decimos entonces que hay armonía en sus relaciones.

El carácter armonioso de un individuo consiste en su capacidad de adaptarse activamente a las circunstancias (adaptabilidad); de su flexibilidad al confrontarse con las diferentes maneras de pensar, sentir y actuar de otras personas y su habilidad de expresarse ante los demás, con valores tales como la elocuencia, la amabilidad, el tacto, y la bondad.

Se logra la armonía cuando el sujeto entra en una acción de dar y recibir con un determinado objeto (la palabra objeto no se refiere necesariamente a un objeto material, puede ser otra persona o grupo de personas), pero esta relación por sí misma no es suficiente, es necesario para que haya armonía el reconocimiento de que entre ambos existe un propósito motivador en común que une al sujeto con el objeto; y debe existir también como consecuencia, un resultado que coincida con dicho propósito.

Se crea de esta manera un fundamento para la armonía, una base de cuatro posiciones bien definidas a saber: la posición del “sujeto”, la posición del “objeto”, con quien el sujeto entra en un vínculo o relación de dar y recibir, la posición del “propósito” común que unifica a ambos y la posición del “resultado” que se corresponde con el propósito. Al conocer estos factores y meditar sobre ellos, podemos proveernos de una guía u orientación para ir en búsqueda de la armonía.

El jorobado

En un pueblo había un hombre que era todo bondad y que dedicaba su tiempo a ayudar a los demás.

Pero ocurre que ese hombre, que siempre vestía con una capa larga hasta los tobillos, llevaba debajo de esa prenda una enorme joroba. Su aspecto era bello pero aquella joroba lo transformaba en un ser deforme y casi toda la gente del lugar se burlaba de él, le palmeaban la giba entre risotadas y no lo tenían en cuenta para nada a pesar de que él tenía en cuenta a todos y a cada uno, preocupándose y ayudándolos.

Algunos, incluso, si estaban de malhumor le arrojaban piedras porque no les gustaba tener cerca a alguien a quien veían como una especie de monstruo.

"Por algo será que Dios lo castigó de esa manera decían algunos que, por supuesto, desconocían si existía ese "algo" al que hacían mención.

El hombre de la joroba, mientras tanto, bajaba la cabeza y jamás respondía a ninguna de las agresiones o los desprecios. Seguía yendo de un lado a otro del pueblo, bamboleando en cada paso el gran bulto que llevaba en su espalda y ofreciéndose para lo que desearan.

Un chico solamente, uno de los chicos del pueblo, lo trataba con amor, le sonreía, hablaba con él y lo tomaba de la mano para acompañarlo en sus recorridas.

Un día las gentes del pueblo parecieron ponerse de acuerdo para despertar de pésimo humor.

Como este tipo de cosas es contable, discutiendo entre ellos por pequeñeces, empujándose, mirándose con mala cara. De repente apareció, como siempre el hombre de la capa y la joroba.

Eso sólo les faltaba a los iracundos habitantes del lugar.

Como en casos así , los humanos, por su curiosa forma de actuar, buscan descargar sus iras en los más indefensos, el hombre de la joroba fue de inmediato el blanco elegido por todos.

De las agresiones verbales, que fueron creciendo cada vez más y con mayor crueldad, pasaron casi enseguida al ataque físico.

Algunas piedras, al principio. Luego, con esa ira que es más ciega cuando es de muchos, comenzaron a armarse con palos y algunas herramientas y lo cercaron. Rodeándolo, se disponían ya a atacarlo cuando el chico se abrió paso entre todos y se puso junto a su amigo jorobado.

Hubo un instante de duda. Y fue entonces que el niño les habló y les dijo: - "No pueden tocarlo. Gracias a él muchas desgracias que pudieron ocurrir en nuestro pueblo no ocurrieron, muchos enemigos se amigaron, muchas familias siguen unidas, muchos hombres conservan sus trabajos y muchas mujeres a sus hijos. Nos trajo el bien y ustedes eligen ahora pagarle con el mal y él no puede hacer nada para evitarlo.. Nunca me dijo quién es, pero yo lo sé...... Y, dicho esto, tomo la capa del deforme y la arrancó de un tirón. En ese momento quedaron al descubierto dos bellas y luminosas alas a las que todos, hasta entonces, habían confundido con una joroba. El ángel besó al niño en la frente y se fue en silencio, sin un reproche, caminando en medio de los hombres del pueblo que se abrían a su paso estupefactos, dejando caer sus armas y más de una lágrima, aun los más rudos ... lo más importante, sólo se ve con los ojos del alma.

Te cuento.com

La bondad

La Bondad está relacionada directamente con el Amor y la Verdad, y al igual que éstos y muchos otros valores, puede ser interpretada y definida según innumerables puntos de vista. ¿Podemos acercarnos a una definición Universal de la Bondad? Cuando pensamos en la bondad, inevitablemente tendemos a pensar inmediatamente en su opuesto, la maldad, es decir que todo lo que no es malo es bueno.

Pero ¿Qué es bueno y qué es malo? Generalmente, en una primera instancia pensamos que todo aquello que nos hiere o nos hace daño es malo y que lo agradable a nuestros sentidos y emociones es bueno. Sin embargo, después de profundizar en el tema descubrimos que no todo lo que es agradable a nuestros sentidos es bueno y que muchas veces existen medicinas amargas que nos proporcionan mejor salud y bienestar.

Quizá para alguien es bueno aquel que le hace favores, pero para otra persona ese mismo sujeto puede ser considerado malo.

El concepto de Bondad puede ser clarificado cuando comprendemos y unificamos los distintos niveles de existencia (individual, de pareja, familiar, social, nacional, mundial, universal y cósmico).

Cuando nuestros pensamientos, deseos, palabras y acciones se dirigen hacia el beneficio simultáneo de todos estos niveles, entonces podemos hablar de una Bondad absoluta, mientras que si nuestros pensamientos, palabras o acciones están dirigidos sólo parcialmente, hacia alguno de estos niveles, entonces estamos frente a una Bondad relativa.

Puedo ser bueno con mi vecino o amigo, pero tal vez sea malo con mi comunidad o con mi familia. Necesitamos discernimiento para saber si nos dirigimos hacia la Bondad absoluta. Una definición de Bien y Mal o Bondad y Maldad: Bien o Bondad: Es el conjunto de cosas, situaciones, lugares, momentos, sentimientos, sensaciones y experiencias agradables, saludables y beneficiosas, a corto o a largo plazo, tanto para el individuo como para la familia, la sociedad, la nación y el mundo. Mal o Maldad: Es el conjunto de cosas, situaciones, lugares, momentos, sentimientos, sensaciones y experiencias desagradables, insalubres y perjudiciales, a corto o a largo plazo, tanto para el individuo como para la familia, la sociedad, la nación y el mundo.

Para practicar y encarnar la virtud de la Bondad se necesita una auto-observación, un conocimiento de nosotros mismos, el cultivo de nuestro carácter, una actitud de predisposición para aplicar frecuente y constantemente la cuota de Bondad en todos los niveles y hasta su máximo desarrollo posible.

Defender los valores

Uno de los rasgos negativos de nuestro tiempo es el crecimiento progresivo de una cultura relativista, que lleva a los seres humanos a ocuparse cada vez más de lo incidental o coyuntural y cada vez menos de lo trascendente.

Nos dedicamos al análisis de los medios que empleamos en nuestra actividad cotidiana, pero no nos detenemos a reflexionar sobre los grandes fines y los altos valores sobre los cuales se funda la sociedad a la que pertenecemos. Sin embargo, el tema de los fines y los valores es el que más debería ocupar el pensamiento y el interés prioritario de aquellos que aspiramos a vivir en un mundo mejor.

Ninguna sociedad puede organizarse sobre bases sólidas si no existe en su seno el compromiso compartido de preservar y fortalecer determinados valores fundamentales. Cuando se generalizó, en los siglos XVIII y XIX, la adhesión de las naciones civilizadas al constitucionalismo liberal y al régimen democrático, se extendió también rápidamente por el mundo la idea de que ciertos valores jurídicos y morales básicos -por ejemplo, los que tienen que ver con la inviolabilidad de los derechos individuales o con el respeto irrestricto a la dignidad de la persona humana- debían ser consagrados expresamente como principios supremos e inamovibles.

En casi todos los países civilizados se acordó, en consecuencia, que ninguna mayoría democrática, por elevada que fuere, tendría facultades para alterar o desvirtuar esos principios constitutivos esenciales. Por eso, tantos países -la Argentina, entre ellos- incluyeron en sus constituciones un repertorio de definiciones, derechos y garantías que debía quedar excluido del debate político circunstancial. Esos valores pasaron a ser lo que se conoce como los "contenidos pétreos" del orden constitucional y fundante de cada país.

Ahora bien, la preservación de esos valores fundamentales no debe estar garantizada únicamente en el orden político, institucional o jurídico. Es necesario que la propia sociedad se ocupe de velar por la permanente vigencia de esos valores y principios en el seno de cada familia, en la relación entre padres e hijos, en los diferentes ámbitos de la vida cultural, en los medios de comunicación y, muy especialmente, en el campo educativo. Defender los valores máximos de una sociedad es tarea y responsabilidad de todos. Los valores, en realidad, no son públicos ni privados: son de todos los hombres y de todos los pueblos.

La educación en valores es el eje a través del cual se asegura que una sociedad permanecerá fiel a los ideales y conceptos universales que hacen más libre al hombre y que dieron origen, a lo largo de la historia, a los principales contenidos del humanismo civilizador. Esos valores pueden responder a diferentes creencias filosóficas, éticas o religiosas, pero lo importante es que han sido legitimados por la cultura universal y han adquirido una indiscutida proyección en el tiempo y en el espacio. Para las sociedades herederas del tronco milenario judeocristiano y de las distintas manifestaciones del monoteísmo tradicional, la fe en un Dios único y eterno será, seguramente, un valor insoslayable. Obviamente, eso no ha de ir en desmedro del respeto debido a todas las creencias y a todos los principios, religiosos o no, que conviven naturalmente en una sociedad respetuosa de la libertad de conciencia.

Entre esos valores e ideales que la civilización y la historia han consagrado ocupan un lugar principalísimo el rechazo y la superación de todas las formas de violencia, la defensa de la paz como ideal universal, la exaltación de la libertad y la justicia como conceptos fundamentales de toda estructura social organizativa y, fuera de toda duda, el reconocimiento de la familia como el ámbito natural de comunicación de la vida y de formación y educación de los hijos.

Tampoco deben faltar entre esos valores el que consagra y reconoce la importancia del esfuerzo y el trabajo personal, que de ningún modo puede ser sustituido por el facilismo o las dádivas otorgados por un Estado omnipresente o providencialista. Ni debe dejar de mencionarse el que determina que los derechos de cada persona tienen un límite infranqueable que debe respetarse y que está marcado por el punto en el que comienzan los derechos de los otros.

Dentro de los valores básicos de todo grupo humano debe ser incluido expresamente el que lleva a sostener que todo juicio y todo razonamiento sobre la realidad humana o natural debe ser formulado en función de los hechos objetivamente considerados y no de acuerdo con las ideologías o creencias subjetivas de cada uno. Es decir, que la verdad, y no la recreación arbitraria de los hechos, debe imperar en la relación cotidiana que los hombres mantienen unos con otros y también en el plano de las relaciones sociales e institucionales.

Entre las virtudes de alcance universal ha de estar consignado, asimismo, el que prescribe que los seres humanos tienen deberes ciudadanos irrenunciables y que, por lo tanto, deben participar mancomunadamente, en cada país, en cada ciudad y en cada aldea, en la construcción de las instituciones cívicas y políticas indispensables para la vida en común y, sobre todo, para una convivencia pacífica debidamente garantizada. Y ha de tenerse en cuenta también, de manera insoslayable, la suprema exigencia de que la justicia humana sea administrada y ejercida por magistrados probos e independientes, en un contexto de absoluta transparencia institucional y con arreglo al principio universal que determina una previsible y saludable división o distribución de funciones o de poderes.

Otro principio básico que no puede ni debe faltar en este ligero repaso referencial, que no pretende ser exhaustivo, es el que nos invita a respetar la propia historia y las grandes tradiciones nacionales. Cuando, más allá de los matices derivados de las interpretaciones, la historia es desvirtuada y falsificada -como ocurre actualmente entre nosotros- se afectan las bases de la República y cunden la desorientación y la ignorancia. La historia, ya se sabe, es en sí misma una fuente permanente de valores y es también una guía orientadora de las conductas públicas y privadas.

Es menester que redescubramos los valores que están en las raíces de nuestra organización como sociedad independiente y libre. Y que tratemos de acercarlos a la realidad vivencial y cotidiana de cada día. Un mundo sin valores es un mundo vacío. Los argentinos debemos explorarnos por dentro a nosotros mismos con la firme decisión de reconocer y asumir en plenitud los grandes valores humanos, espirituales y sociales que presiden lo mejor de nuestra historia y de nuestra tradición cultural.

Leido en La Nación

El secreto

En este video El secreto, interpretamos que "guardar un secreto" tarde o temprano saldrá a la luz, aparecerán los frutos a la vista y ese secreto será revelado tarde o temprano.

Por otro lado "el secreto" del video puede ser interpretado tanto como "una acción virtuosa, una obra de bien anónima, etc." o como así también "una acción mala, un acto dañino, una infidelidad o tomar alcohol a escondidas, etc." que a la larga se revelará o saldrá a la luz por sus consecuencias.

Entonces podría resumirse el contenido del video desde el punto de vista de los valores y las virtudes que todo lo que uno cosecha "para bien o para mal", aunque sea en secreto, tarde o temprano saldrá a la luz y se manifestará ante los demás.

Esperamos tu interpretación.




La constancia

“La Constancia es la virtud por la que todas las otras dan su fruto.” (Arturo Graf)

Según la definición de la Academia Real Española, Constancia (Del lat. constantia). Significa firmeza y perseverancia del ánimo en las resoluciones y en los propósitos.

La constancia es la aplicación continua y frecuente de un esfuerzo por lograr determinado propósito u objetivo.

Nuestras vidas están colmadas de anhelos por lograr metas, objetivos, sueños e ideales.

Cuando nos proponemos alcanzar una meta determinada, vemos que el trayecto a seguir muy pocas veces es una mera línea recta o un camino allanado sin obstáculos. Muy por el contrario, en la mayoría de los casos aparecen inconvenientes y desafíos que debemos superar con determinación, voluntad, constancia y perseverancia.

Si bien la constancia es comúnmente considerada como un sinónimo de perseverancia, podemos diferenciarla en que la constancia está más asociada al tiempo, la frecuencia y el ritmo establecido de acción para alcanzar un objetivo, mientras que la perseverancia se asocia más con la voluntad y el esfuerzo sostenido.

Ejemplos de constancia pueden ser: un obrero que cumple un horario y que se levanta puntualmente todas las mañanas para ir a su trabajo; un estudiante que realiza sus tareas dedicándole dos horas diarias al estudio, una madre que le dedica amorosamente unos minutos todas las noches para leerle un cuento a sus niños pequeños; etc.

Para desarrollar la virtud de la constancia, no hace falta un esfuerzo sobrehumano, sino más bien un método, un ritmo, la claridad de propósito y un sentido de equilibrio. Así como las gotas de agua que, sin ser mas fuertes que la roca, la erosionan más y más con el transcurrir del tiempo hasta perforarla, de la misma manera la aplicación constante de una acción orientada hacia un fin, nos proporcionará la agradable satisfacción de llegar a concretar nuestros anhelos más profundos.

El bambú japonés

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante.
También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impacientemente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, caramba!"...

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes:
Siembras la semilla, la abonas y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros. ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?. No.

La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta.

Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado.
De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), cabe recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que - en tanto no bajemos los brazos -, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos-, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.
Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros.
Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Frases relacionadas con la constancia

La gota horada la roca, no por su fuerza sino por su constancia.
Ovidio


Si añades un poco a lo poco y lo haces así con frecuencia, pronto llegará a ser mucho.
Hesíodo

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Madre Teresa de Calcuta

¿Qué es la alegría?

La alegría es el fruto del amor; es el resultado de alcanzar o cumplir una meta, un sueño o un ideal. Es compartir la vida con todos sus altibajos y desafíos, en compañía de los seres queridos.

El placer y la alegría se diferencian porque el placer pertenece a las sensaciones físicas, a los sentidos del cuerpo, mientras que la alegría corresponde al mundo de las emociones.

Para desarrollar la virtud de la alegría, debemos practicar el optimismo, la positividad, el servicio y la generosidad, entre otros valores.

Al recibir alegría de los demás, podemos experimentar cierto grado de felicidad, sin embargo, si somos capaces de dar alegría a otros, obtendremos aún más felicidad.

Un espíritu alegre está lleno de satisfacciones internas producidas por pequeñas y sabias actitudes cotidianas, tales como emprender con responsabilidad una determinada tarea que beneficie a la familia o a la comunidad, estudiar o trabajar con vocación de servicio, etc.

Cuando un artista, por ejemplo, ve reflejada su naturaleza interior en su obra, experimenta una alegría indescriptible, después de haber invertido su tiempo, talento, creatividad y energía.

Dedicarse a un trabajo creativo nos produce alegría, especialmente cuando la tarea concretada coincide con lo anteriormente proyectado en la imaginación.

La pérdida de algo o de alguien querido produce lo opuesto a la alegría, es decir la tristeza, sin embargo, si sabemos meditar y reflexionar acerca de los vaivenes de la vida, y rescatamos el lado positivo de dicha pérdida, nuestro sufrimiento se transforma en crecimiento para nuestro ser, el cual nos ayuda para madurar hacia un estado de mayor plenitud e integridad.

Para finalizar, una frase célebre del poeta hindú Rabíndranath Tagore:

Yo dormía y soñaba que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era servicio. Serví y vi que el servicio era alegría.”

Frases relacionadas con la alegría

A mi entender, si el Supremo Creador hubiese querido que fuésemos pesimistas habría pintado la Tierra de negro y no de este verde vivo, el uniforme de la alegría y la felicidad.
Janet Graham

Quien no disfruta de sus momentos felices no puede llamarse a sí mismo un ser afortunado: el verdadero sabio es aquel capaz de ser feliz en situaciones extremas.
Mr. Tut-Tut